miércoles, 27 de julio de 2011

MELANCOLICA MELODIA

Parado en la esquina de una habitación, resentido de la soledad que hoy me abruma, recuerdo con melancólica melodía, aquellos momentos que compartimos ella y yo. Los dulces, al igual que los amargos. Todos y cada uno de ellos son atesorados por mí ahora.
Odio esta abrumadora soledad. Me siento asfixiado, y aunque no estoy completamente solo en esta habitación, la compañía de los demás no me hace sentir mejor. No, en realidad estamos todos igual. Este lugar no es más que una simple bodega musical y todos nosotros estamos abandonados aquí.
Personas que nos empeñan y nunca nos recuperan, quien nos vende, los que mueren y no quedamos a manos de nadie, o quien como yo, es botado por que el simple hecho de mirarlo causa dolor.
Hoy, recuerdo todos aquellos momentos que pasmos juntos con una melancólica melodía. Recuerdo cuando por primera vez te sentaste en mi banco y con tus pequeñas manitas tocabas melodías sin sentido, cantando y gritando que eras la mejor pianista que había existido. Tu papá llego y te cargo, empezó a enseñarte las notas. "Do, Re, Mi..." entendías con gran velocidad y tenias una agilidad increíble. Simplemente oído musical.
Oh, como duelen esos pequeños recuerdos, esos breves momentos que compartimos que me recuerdan ahora que simplemente no estás más. Pasó el tiempo, y disfrutaba de tu compañía, pasábamos horas juntos repitiendo las escalas y arpegios, recuerdo perfectamente como desesperabas cuando no salía a la perfección y deseabas iniciar de nuevo. Aun siento tus pequeñas manos como puños en mis teclas cuando golpeabas frustrada. Pero eso nunca te detuvo, siempre seguiste adelante, y lo conseguiste.
Seguiste creciendo, seguiste tocando, pasábamos aún más tiempo que antes, solo los dos. Ambos podíamos crear hermosas melodías que alegraban a quien escuchara, pero podíamos también proyectar la tristeza y melancolía de un corazón roto. Fui tu ancla, tu refugio de todos tus problemas, tu escape. Y yo solo esperaba el momento en el que volverías a casa para compartir más notas.
Todo era felicidad, yo.... ah... me sentía completo, eras parte de mi y creí que así sería siempre. Creí que no te ibas a separar de mí nunca y estoy seguro de que creías lo mismo.
Hasta el choque. Venias de regreso de una fiesta y un idiota se atravesó por la carretera y por salvar su vida, perdiste una parte importante de ti, tu mano derecha. Sin ella no podías tocar más. Aunque te pusieron la prótesis, esa mano de hierro, fría, no sabía tocar lo que sentías.
Entonces te fuiste me dejaste solo, nunca más volviste a tocarme. Llorabas de verme en el rincón de la sala y decidiste deshacerte de mí.
No te culpo, entiendo tu dolor. Y ahora toco esta melancólica melodía por nuestros momentos juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario