sábado, 24 de marzo de 2012

DIFERENTE



Todo es tan diferente. El paisaje, el aroma, el ambiente. Nada se siente igual. Es un mundo surreal. Todo es tan diferente y el anhelo de mi hogar es fuerte. No entiendo qué está sucede. Lleva tiempo adaptarse. No lo sé, todo es tan diferente, el idioma, el andar, la gente. Extraño la calidez de tus montañas, el roce frío de tus aires, el abrazo acogedor de tu color. ¿Despertaré en algún momento de este sueño envolvente? Todo es tan diferente.

domingo, 18 de marzo de 2012

IGNORANCIA



No estoy segura que si ahora que se estoy mejor que antes. Prefería no estar enterada, pero entonces, ¿qué habría pasado? ¿En realidad habría una diferencia en lo que siento? No, por supuesto que no. Todo sería igual. ¿O no? Prefiero mi maldita ignorancia.

LIBRE DE MI



¿Por qué nunca me lo dijiste? Ahora es demasiado tarde, he llegado al punto sin retorno, aunque quisiera no podría volver. No, jamás lo arriesgaría, debes saberlo. Tuviste la oportunidad de hacerlo, antes de que fuera demasiado tarde. Pero no lo hiciste, preferiste jugar seguro y la verdad no te culpo. No podías saber que pasaría, no, nada indicaba que podría ser un final feliz. Es tarde, no puedo dormir pensando en ti, en lo que debes sentir. No lo sabía, no tenía idea. No me permití pensar en ti de otra manera, tal vez si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez no. Solo quiero que seas libre. Libre de mí.

domingo, 6 de noviembre de 2011

INCOHERENCIAS

Hoy escribo estas líneas con cariño, escribo muchas incoherencias para ti. Te escribo para confesarte que te quiero, para decir que haz llegado a tener un gran poder sobre mi. Que haz llegado a despertarme de mi sueño y sin embargo, me haces soñar despierta. Me inquiera tu presencia, pero a la vez me llenas de paz. Escribo con desesperada paciencia ya que apenas notas mi presencia y me imagino lo que sería si yo fuera para ti lo que tu para mi. ¿Te sentirías igual de abrumado si yo ignorara tu presencia? No, nuca lo haría. No podría negarte ni por un instante. No tiene sentido, lo sé. Pero así es esto. ¿No? Sin un sentido, sin un orden o una explicación. Solo lo que es. Un sentimiento espontaneo que poco a poco va cobrando forma. Estoy perdiendo la cabeza, no encuentro mi inspiración y en lo unico que puedo pensar es en ti. Veo como se pone el sol, indicio de que el día esta terminando, pero aun queda la noche. Noches que me paso despierta pensando, imaginando posibles esenarios en los que podríamos encontrarnos, y no se, tal vez conocernos mejor. Debe haber una forma de hacerte verme. Siento que pierdo mi tiempo, no encuentro el motivo de este sentimiento, pero no puedo evitarlo. Te haz vuelto parte indispensable de mi por más que quiero evitarlo. ¿Qué me haz echo? Solo quiero volver a lo que era antes y sin embargo me rehuso a desprenderme de esta sensación.

lunes, 3 de octubre de 2011

IDEAS

Tanto ruido, no puedo pensar. Tantas cosas que hay que hacer, tantas cosas que hay que acabar y muchas otras que hay que empezar. Sentada desde la pequeña mesa de un café, miro a mí alrededor, veo muchos rostros apurados, personas que tienen que llegar a algún lado. La gente corre de techo en techo, resguardándose de la lluvia. Uno que otro maldice el clima antes de salir. Pago mi café y salgo a la calle, siento el impacto del aire frio contra mi rostro, cierro los ojos y disfruto del momento. Inhalo el olor de la lluvia, ese olor a humedad que tanto me gusta, siento las gotas de agua caer sobre mí. Esta todo lleno de un encanto, una belleza natural que muchos dejan de lado. Detrás de mí, una señora me grita que me mueva y tras una sarta de groserías la veo alejarse. Tengo que ir a trabajar, voy tarde. Sin embargo no iré. Estoy cansada de la gente apresurada, del ruido de la ciudad, de la multitud que no me permite pensar. Extraño el sonido de mis ideas. Quiero volver a escribir, volver a contemplar la belleza de las cosas, volver a encontrar la inspiración.
          Veo mi auto estacionado, pero sigo caminando. No estoy segura de a dónde me dirijo, pero sé que tengo que escapar. Necesito reencontrar mis ideas.

miércoles, 31 de agosto de 2011

ADIOS

Bueno, ya que no tienes nada que decir, yo sí, y no voy a esperar a que tengas tiempo. Te amé. Te espere, sufrí mucho pero ya no puedo hacerlo más. Lamento mucho haberte hecho pasar por momentos difíciles. Pensé que si lo superábamos podríamos superar muchas cosas juntos. Creí en ti y estuviste a mi lado en tiempos difíciles. Y aunque me pediste un tiempo y deje de saber de ti. Tu simple recuerdo me mantuvo de pie, me evito la caída al vacío. Aún vivía con la esperanza de volver a tus brazos una vez más. Pero no fue así.
    Si alguna vez dije "te amo" nunca dudes que fue verdad. Gracias, me enseñaste muchas cosas y de ti aprendí a amar de nuevo. Nunca me había entregado a nadie de esta forma. Gracias por ser el apoyo que necesitaba en momentos difíciles, aunque no estuvieses literalmente a mi lado.
Me hubiera gustado poder entregarte lo que aun hay en mí. Pero no fue así. Sé que encontraras a quien te pueda dar lo que no te di...
Dices que no fuiste lo suficientemente fuerte, pero fuiste más fuerte de lo que crees, me ayudaste más de lo que te imaginas y si pude salir adelante fue gracias a ti. Lamento si te hice pasar un trago amargo. Nunca fue mi intención. Jamás quise más que tu felicidad y las cosas se complicaron. Me hubiese gustado que pudiéramos retomar lo que tuvimos y poder ser parte de ti. Tal vez no es lo que debe pasar. Perdóname por haberte hecho pasar momentos difíciles, pero no solo fueron difíciles para ti. Todo lo que pasamos me sirvió mucho. Me di cuenta de que hay más en mí de lo que pensé. Me ayudaste a encontrar una parte de mí que no conocía. No me queda más que desearte que seas feliz mi amor.

miércoles, 27 de julio de 2011

MELANCOLICA MELODIA

Parado en la esquina de una habitación, resentido de la soledad que hoy me abruma, recuerdo con melancólica melodía, aquellos momentos que compartimos ella y yo. Los dulces, al igual que los amargos. Todos y cada uno de ellos son atesorados por mí ahora.
Odio esta abrumadora soledad. Me siento asfixiado, y aunque no estoy completamente solo en esta habitación, la compañía de los demás no me hace sentir mejor. No, en realidad estamos todos igual. Este lugar no es más que una simple bodega musical y todos nosotros estamos abandonados aquí.
Personas que nos empeñan y nunca nos recuperan, quien nos vende, los que mueren y no quedamos a manos de nadie, o quien como yo, es botado por que el simple hecho de mirarlo causa dolor.
Hoy, recuerdo todos aquellos momentos que pasmos juntos con una melancólica melodía. Recuerdo cuando por primera vez te sentaste en mi banco y con tus pequeñas manitas tocabas melodías sin sentido, cantando y gritando que eras la mejor pianista que había existido. Tu papá llego y te cargo, empezó a enseñarte las notas. "Do, Re, Mi..." entendías con gran velocidad y tenias una agilidad increíble. Simplemente oído musical.
Oh, como duelen esos pequeños recuerdos, esos breves momentos que compartimos que me recuerdan ahora que simplemente no estás más. Pasó el tiempo, y disfrutaba de tu compañía, pasábamos horas juntos repitiendo las escalas y arpegios, recuerdo perfectamente como desesperabas cuando no salía a la perfección y deseabas iniciar de nuevo. Aun siento tus pequeñas manos como puños en mis teclas cuando golpeabas frustrada. Pero eso nunca te detuvo, siempre seguiste adelante, y lo conseguiste.
Seguiste creciendo, seguiste tocando, pasábamos aún más tiempo que antes, solo los dos. Ambos podíamos crear hermosas melodías que alegraban a quien escuchara, pero podíamos también proyectar la tristeza y melancolía de un corazón roto. Fui tu ancla, tu refugio de todos tus problemas, tu escape. Y yo solo esperaba el momento en el que volverías a casa para compartir más notas.
Todo era felicidad, yo.... ah... me sentía completo, eras parte de mi y creí que así sería siempre. Creí que no te ibas a separar de mí nunca y estoy seguro de que creías lo mismo.
Hasta el choque. Venias de regreso de una fiesta y un idiota se atravesó por la carretera y por salvar su vida, perdiste una parte importante de ti, tu mano derecha. Sin ella no podías tocar más. Aunque te pusieron la prótesis, esa mano de hierro, fría, no sabía tocar lo que sentías.
Entonces te fuiste me dejaste solo, nunca más volviste a tocarme. Llorabas de verme en el rincón de la sala y decidiste deshacerte de mí.
No te culpo, entiendo tu dolor. Y ahora toco esta melancólica melodía por nuestros momentos juntos.