sábado, 29 de agosto de 2015

UN CAMINO

Siento que el corazón se me sale del pecho. Tres simples palabras fueron suficientes para derrumbarme. Sabia perfectamente bien en qué me estaba metiendo al dejarte entrar. No me importó. Te sentí diferente. Te sentí especial. Fue mi culpa, sabía que era terreno peligroso y que tenía que marchar con cuidado. Pero me aventé a las aguas turbias de tu océano y dejé que me envolvieras por completo. Ahora me asfixio, floto en un vacío inmenso. Qué estúpida fui al creer que funcionaría, que estúpida soy por precipitarme y decir que jamás lo hará. Acabas de tomar un camino sin retorno, acabas de dar un paso lejos y me acabas de lanzar en un camino diferente. Con tres palabras mataste el interés tan grande que sentía por ti. ¿Ahora que sigue? El sentimiento de exclusividad se ha ido, tus palabras se convirtieron en una daga que me apuñala por la espalda. Ridícula, simplemente ridícula. ¿Por qué creí en esa inexistente exclusividad? ¿Cómo me atreví a tan si quiera considerarlo? Me sentí culpable cuando se me presentó la oportunidad hacer lo que tu. Pensé en traición y no pude hacerlo. Claramente, no percibimos las cosas igual. Me siento aliviada al saber que no dije todo lo que quería y que aun te quedaban muros por tirar. Supongo que vuelvo a lo mismo, a reconstruir mis paredes y esperar que a alguien más le interese entrar. Espero que ese camino te lleve a lo que buscas. Claramente este no era el camino para mi.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario